No hay voluntad política para prevenir los crímenes y reducir la impunidad, sostiene el ex director ejecutivo de la SIP, quien recibió un reconocimiento del Foro de Periodistas y Comunicadores por su trayectoria en la defensa de la libertad de prensa
Luis Ramírez / enviado
Mérida, Yucatán.- El ex director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Ricardo Trotti, criticó duramente aquí el sistema de protección a periodistas en México y lo calificó de ineficiente. Dijo que carece de presupuesto, fiscales adecuados, pero, sobre todo, de voluntad política.
Al participar en la Tercera Bienal de Periodismo “Diálogos por la Democracia”, convocada por el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores, el argentino sostuvo que el sistema de protección a periodistas en México es una herramienta que está lejos de prevenir crímenes y reducir la impunidad.
Trotti recordó que, en 2002, México fue pionero en América Latina al implementar una ley de Acceso a la Información Pública y Transparencia. Veintidós años después, lamentó, “aún no hemos logrado el sueño de un gobierno transparente”.
Expuso que, en 2012, México creó un sistema de protección para periodistas y antes una reforma constitucional lo que permitió que los crímenes contra periodistas se convirtieran en un delito federal. Más de una década después, afirmó, no hay grandes avances.
Ante el presidente del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores, Rafael Cano Franco; del presidente de la Asociación Mexicana de Editores (AME), Gonzalo Leaño Reyes, comunicadores de diversas partes del país y estudiantes, reunidos en el Centro de Convenciones Siglo XXI de esta ciudad, el ex directivo de la SIP señaló que, en todas las democracias, los periodistas seguimos enfrentando a la violencia del crimen organizado, a veces con la complicidad del Estado.
Esto, dijo, pasó en Colombia, ahora en México y los tentáculos están ya atrapando a Argentina, Brasil y Ecuador y otros países.
Y añadió que los periodistas también somos víctimas del fuego cruzado en protestas sociales, porque los golpean los manifestantes y los policías por igual, como ocurre en Chile, Colombia, Estados Unidos o Haití.
Peor aún, agregó, somos víctimas del fuego que debería ser amigo, el de la justicia, muchas veces obediente al sector político. Los funcionarios que deberían estar en la cárcel por corrupción logran silenciar las denuncias con demandas que amenazan a los periodistas con la cárcel como en Perú, o con indemnizaciones millonarias como en Brasil y Panamá, donde un periodista que gana 700 dólares por mes es condenado a pagar 2 millones.
Los ejemplos anteriores, abundó Ricardo Trotti, ilustran que la democracia no garantiza la libertad de prensa. Sin embargo, es el mejor sistema ya que permite que exista la libertad y que la podamos fortalecer día a día.
En este sentido, refirió que la libertad de prensa también existe en dictaduras, como las de Cuba, Nicaragua o Venezuela, donde los periodistas independientes abren espacios de libertad pese a la represión.
Tampoco las democracias son la panacea. Los periodistas también son atacados, asesinados, maltratados, perseguidos y demandados, puntualizó.
El ex directivo de la SIP habló también de las redes sociales y subrayó que si bien éstas democratizaron la conversación pública, se han convertido en cloacas donde priva el discurso del odio y la difamación, así como las mentiras.
El peor error de las redes sociales, apuntó, es la degradación, la desinformación, esas mentiras propagadas con la intención de engañar y convencer que se viralizan a través de trolles, bots y cuentas falsas.
Hoy, cuestionó, los líderes prefieren sus redes sociales a las entrevistas y conferencias de prensa. La comunicación directa se ha convertido en otro canal de propaganda, herramientas que se aprovechan para estigmatizar a la prensa, como sucede en las mañaneras de López Obrador, y en gobiernos de todas las ideologías, desde el de Petro al de Milei o Bukele.
Ricardo Trotti se refirió también a las otras amenazas que acechan al periodismo. La crisis de contenido es una mancha oscura en nuestra profesión. La verdad y la precisión, antes pilares del periodismo, ahora se ven eclipsadas por la obsesión y las métricas de visibilidad, aseveró.
La creatividad y la narrativa fueron sacrificadas en el altar de las modas y tendencias pasajeras. En un mundo saturado de sobreinformación, los contenidos periodísticos perdieron relevancia, distanciándose de la importancia que habían recobrado durante la pandemia, expresó.
Pero fue más allá: La desorientación de los modelos de negocio es palpable. Los medios, despojados de la publicidad por las plataformas digitales, luchan por sobrevivir. Las suscripciones sin contenido de calidad son como buscar agua en el desierto.
Externó que las plataformas digitales no están exentas de culpa. Se resisten a reconocer cómo sus modelos han dañado el ecosistema informativo y evitan compensar a los medios por los contenidos que explotan para su propio beneficio económico.
Consideró que los laboratorios de ideas e innovación son escasos, los medios perdieron la práctica de experimentar y han expulsado a los periodistas, los únicos que podrían garantizar la creación de contenidos de calidad.
El periodista nacido en San Francisco, provincia de Córdoba, Argentina dejó en claro que, frente a este panorama, los medios y periodistas tenemos dos caminos si realmente creemos que la democracia será más robusta con una prensa libre e independiente: lamentarnos o actuar con decisión y proactividad.
Concluyó que sin un periodismo de calidad el periodismo, la libertad de prensa y la democracia corren serios riesgos.
En el marco de la Tercera Bienal de Periodismo, Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores de México entregó al ex director ejecutivo de la SIP, Ricardo Trotti, un reconocimiento a su destacada trayectoria profesional por la defensa y promoción de la libertad de prensa.